martes, 29 de marzo de 2022

Capítulo 35: Al abismo

Severus se empeñó en estar levantado y arreglado antes de que los demás despertaran puesto que no quería responder preguntas indiscretas, como por qué estaba prácticamente envolviendo a Harry. Una vez vestido, dispuso la tetera en el fuego para hervir agua, despertando con el sonido a los demás, que empezaron a prepararse para el día que se avecinaba. Aún era temprano, no entraba luz a través de la delgada obertura de la ventana, y el cielo invernal aún tardaría en iluminarse varias horas. Pero Severus no dudaba que los demás ocupantes del castillo ya estaban levantados y preparándose para la batalla.

Hizo té para todos mientras los demás se vestían, y cuando Harry vino a por su taza, se dio cuenta de la mirada lejana que asomaba a sus ojos.

Capítulo 34: A dormir

La mujer les condujo escaleras arriba a un largo pasillo iluminado vagamente por espaciadas antorchas.

–Hay mucha gente y casi todo está ocupado esta noche, mis señores –les informó, deteniéndose frente a una pesada puerta de madera y empujándola con fuerza para abrirla. Todos entendieron por sus palabras que iban a compartir habitación aquella noche... algo que no molestó a Remus particularmente. Ninguno de ellos deseaba alejarse de Harry.

Remus dio las gracias a la mujer y luego fue tras los demás. Severus cerró la puerta en cuanto hubo pasado, bloqueándola y sellándola con numerosos hechizos. No había posibilidad de que alguien pasase a través de las guardias del Slytherin.

Capítulo 33: Largas historias

Muchas horas después, Severus estaba sentado junto a Remus Lupin a una mesa de madera en el salón principal. Estaba lleno de gente, puesto que habían acudido guerreros de otras fortalezas de las Tierras ante la llamada de Asgeir, y estaban festejando antes de la batalla que llegaría con el próximo día.

Pese a que Harry parecía estar exhausto, seguía junto a su padrino, escuchando con fascinación una historia que Sirius contaba a un grupo de guerreros sobre alguna de las aventuras que él y James Potter habían corrido cuando eran aurores, muchos años atrás. Sirius parecía en su salsa, rodeado de seguidores que aguardaban cada una de sus palabras como hechizados. Severus podía ver al hombre tal y como fue en Hogwarts, como si los años pasados en Azkaban no hubiesen podido privarle del todo de la luz que había enamorado a Remus Lupin.

Capítulo 32: El dolor de crecer

A través de los árboles se adivinaba la silueta de la Fortaleza de Bifröst, un enorme castillo sobre una montaña de piedra, que vigilaba los terrenos de labranza más allá del bosque. La bandera de los Brand ondeaba en la torre más alta, indicando que el señor del castillo estaba presente. Pese a que todavía quedaba luz diurna, las puertas estaban cerradas y había guardias armados patrullando las murallas.

Severus, agazapado tras un árbol caído, sintió cómo Sirius y Remus se ponían uno a cada lado de él. Los tres hombres detallaron el contingente armado que vigilaba los muros.

Capítulo 31: Acortando distancias

Les tomó varias horas llegar hasta su destino. Los hechizos estabilizadores conseguían que el barco navegara fluidamente, y los hechizos protectores detenían la mayor parte del viento y el agua que les azotaba. No obstante, no fue un viaje agradable, sobre todo por la espera que les tenía en un estado de desasosiego creciente.

Iban revisando el mapa a menudo, observando cómo la pequeña imagen de su barco se acercaba más y más a la orilla. Cuando finalmente se aproximaron a ella, ya había pasado la mayor parte de la noche, y la parte oriental del cielo ya estaba tomando esa cualidad lechosa que precede al amanecer. Harry llevaba horas desaparecido; no había forma de saber qué le podía haber sucedido en todo aquel tiempo...

lunes, 28 de marzo de 2022

Capítulo 30: Persecución

Sirius se apresuró en volver a las habitaciones de Remus en el castillo, con el hombre lobo apenas a unos pasos de él. Sin hablar, empezaron a reunir todo el equipo de viaje, cambiándose a trajes más recios de cuero de dragón y guantes y capas hechizadas para dar calor. Como hacía poco que habían regresado de una misión de reconocimiento para Dumbledore, todo su equipo estaba a mano, y sólo les tomó unos instantes prepararse.

Una vez listos, se dirigieron a las mazmorras, sin necesitar intercambiar ni una palabra para saber que estaban pensando lo mismo. Recogerían a Severus Snape y luego perseguirían a los hombres que acababan de raptar a Harry de Hogwarts.

Capítulo 29: Entender el deber

Pasó media hora más antes de que llegaran a su destino, y para entonces el cielo ya se había aclarado considerablemente. La adrenalina del combate ya se había agotado y Harry ya no tenía su apoyo para combatir el horror hueco de cuanto había visto. Mientras avanzaban cuesta arriba, se encontraron atravesando la nieve. Harry temblaba violentamente por efecto del viento helado. Un hechizo calorífico en sus ropas ayudó un poco, pero hubiese deseado no haber perdido el abrigo de piel.

Capítulo 28: Vikingos

Un latido en la cabeza despertó a Harry. Aturdido, trató de alzar la mano para tocarse la sien, sólo para encontrarse con algo que obstaculizaba sus muñecas. Parpadeó confuso, fue consciente del frío extremo que se le colaba en los huesos, y del balanceo violento del suelo. Cuando su vista se aclaró al sobrepasar el dolor de cabeza palpitante, se encontró mirando unas pesadas esposas de hierro que retenían sus manos, con una cadena corta entre ellas. El mundo se sacudió bruscamente, y se deslizó de lado hasta golpear un pesado objeto de madera, con un chorro de algo frío dándole en la cara. Intentó entender lo que veía, mirando hacia arriba aturdido.

Capítulo 27: Antes de la tormenta

La cena de Navidad fue un acontecimiento muy alegre. Albus, Minerva y Hagrid se les unieron y Harry se encontró con que todas sus personas amadas estaban sentadas a la misma mesa. No podía imaginar un mejor regalo que estar allí, formar parte de aquella extraña familia. Sabía que la guerra aún pendía sobre su cabeza, y que una vez regresara a Hogwarts también volverían la preocupación que le perseguía constantemente, pero por un día era feliz, y no pensaba calentarse la cabeza con esos temas, al menos por el momento.

Albus, por supuesto, quiso saber todo sobre los libros de Slytherin, así que le prometió llevarle a la Cámara para que viesen si alguno de los libros restantes tenía algún interés. Lo cierto era que le resultaba muy curioso pensar que tenía acceso al único lugar de Hogwarts al que el Director no.

Capítulo 26: Regalos de Navidad

La mañana de Navidad en casa de los Weasley era el vivo ejemplo de la palabra caos. Aunque los Weasley no podían ser considerados ricos ni por un exceso de imaginación y benevolencia, había multitud de regalos en todas partes, incluyendo el famoso jersey Weasley para todos los presentes. Ver a Severus y a Sirius con jerseys a juego de color azul, con una "S" roja en el pecho, era una de las cosas más hilarantes que Harry pudiese imaginar. Ron y Remus también iban iguales, con sus brillantes "R" de color castaño purpúreo.

Capítulo 25: Nochebuena

Harry pasó la mayor parte de la Nochebuena con Ron y Hermione jugando a multitud de juegos, tanto muggles como mágicos. La prometida tormenta de nieve se descargaba con toda su furia, y hacía demasiado frío para salir. Sin embargo, el tiempo volaba.

Se alegraba de haber conocido finalmente a los Granger. Al haber sido criado entre muggles, comprendía muy bien su shock cultural, y tanto él como Hermione habían pasado un buen rato explicándoles algunas de las costumbres más curiosas del mundo mágico. Algo tan simple como encender la luz en el dormitorio antes de ir a la cama les había supuesto un problema ante la carencia de interruptor. Hermione les había provisto de varias luces mágicas flotantes, para que no se tuviesen que preocupar por las velas. Luego había usado un hechizo para hacer que se encendieran y apagaran automáticamente cuando uno de sus padres daba una palmada. La idea había hecho reír tanto a los Granger como a Harry, mientras que el resto de los integrantes de la casa se quedaban confusos.

domingo, 27 de marzo de 2022

Capítulo 24: Lecciones de Historia

Anna Granger estaba de pie, nerviosa, junto a su esposo, Michael. Ambos llevaban bolsas pequeñas cargadas al hombro con lo imprescindible para pasar una noche fuera, y ambos miraban con cierta anticipación el viejo zapato que ocupaba el centro de la mesa. Era un "trasladador", o eso les había explicado Hermione en su carta. El zapato había sido traído aquella misma mañana por un enorme búho marrón que había parecido muy satisfecho de aceptar un trozo de su cecina como pago por el mensaje.

–Entonces, ¿simplemente tenemos que tocarlo? –preguntó Michael inseguro.

Capítulo 23: Lobos

Molly Weasley les estaba esperando cuando aterrizaron. Tan pronto como aparecieron, fueron envueltos por un cálido abrazo. La mujer se apresuró a dar la vuelta a la habitación dándoles la bienvenida uno por uno, tan entusiasmada al ver a Harry y Hermione como lo estaba de ver a sus propios hijos. Los gemelos se les unieron instantes después, y entre todos consiguieron arrastrar los baúles a los dormitorios respectivos. Harry dormía con Ron, mientras que Hermione lo hacía con Ginny. Molly ya estaba dándole vueltas a cómo instalar al resto cuando todos llegasen.

–Creo que voy a poner a Percy con los gemelos, así el profesor Snape podrá estar en su cuarto –informó Molly a Harry– Y Charlie se tendrá que instalar con Bill, así tendré espacio para Remus y Sirius... ¿crees que les molestará tener que estar tan apretujados? –parecía preocupada por la idea. Harry contuvo la risa ante la idea.

Capítulo 22: Familia

Para gran sorpresa de Severus, la vida con Harry era en realidad bastante agradable. Afortunadamente, el perro que Harry tenía por padrino y el lobo solían estar a menudo de misiones, así que tenía que tratar relativamente poco con su enemigo de infancia. En cuanto a Potter... aunque en ocasiones chocaban sus temperamentos, y en otras se encontraba reaccionando con dificultad a la creciente atracción que sentía por el joven que compartía su lecho, también descubrió que había llegado a apreciar su compañía durante aquellas horas en las que ambos trabajaban juntos en sus tareas cotidianas. Con la intimidad creciente, Harry se sentía lo bastante cómodo como para hablar más y más con él, y aunque trataba de no dejar translucir demasiado en aquellas conversaciones, Severus se encontró con que cada vez las apreciaba más. Había vivido una vida notoriamente aislada hasta la fecha, y con aquel contacto nuevo que le habían obligado a tener, empezó a darse cuenta de lo solo que había estado durante buena parte de ella. Incluso el añadido de la lechuza Hedwig, que se había acostumbrado a observarle por la mañana desde una percha junto al fuego, era un cambio agradable.

viernes, 18 de marzo de 2022

Capítulo 21: Serpientes

Harry no había vuelto a la Cámara de los Secretos desde la noche en que rescatara a Ginny Weasley del recuerdo de Tom Riddle. Tuvo que hacer algunas maniobras extrañas por los viejos y desmoronados pasajes. Cuando por fin se encontró en la cámara central, todo cuanto pudo hacer fue mirar fijamente la carcasa putrefacta del basilisco que casi había acabado con su vida cuatro años atrás. De no haber sido por Fawkes...

La cámara estaba en completo silencio, salvo por el sonido de gotas de agua cayendo a lo lejos. Por el polvo que había en el suelo, se veía que nada había cambiado. Nadie había entrado en aquella sala desde la última vez que había venido; un pensamiento reconfortante. Por supuesto sabía que la Cámara, por muy profundamente enterrada en los cimientos que estuviera, seguía estando dentro de las protecciones del castillo, pero de todas formas era bueno saber que el Señor Oscuro no había estado aquí desde que había resucitado. De hecho, lo más probable es que no hubiese estado aquí desde que fuera estudiante de Hogwarts, hacía unos cincuenta años. Y ahora que el basilisco había muerto, las habitaciones estaban desiertas.

Capítulo 20: Sinistra

Harry se encontró la mañana siguiente, sentado entre Sirius y Remus. Al despertar, Severus le llevó a ver al Director donde explicó todo cuanto recordaban ambos del sueño. Lo cierto es que ya no podía decir gran cosa sobre su pesadilla, sólo que sabía que algo había cambiado. El Señor Oscuro había descubierto algo, un hechizo, arma o ritual, algo que le había llenado de tal terrible alegría que el puro poder de la emoción había despertado a Harry. Fuese lo que fuese, sabía que era espantoso, algo inesperado.

Era como si Voldemort hubiese recibido el mundo entero y supiese súbita y rotundamente que nada iba a ser capaz de pararle ya. Harry jamás se había sentido más solo en toda su vida, como si le hubiesen aislado de todo contacto humano, como si fuese el último ser vivo en la tierra y no pudiese apoyarse en nadie. Pero cuando intentó poner su sueño en palabras para el Director y el profesor Snape, sonó extrañamente hueco y súbitamente tonto, a la luz del día.

Capítulo 19: Vínculos

Harry notó la sensación familiar de ser empujado, estirado y caer cuando el trasladador les llevó de vuelta a las habitaciones de Severus en las mazmorras. Fue sólo vagamente consciente de que le conducían al sofá y le empujaban a sentarse sobre sus cojines. Contempló perplejo cómo las llamas de la chimenea cobraban vida. Unos segundos más tarde notaba como algo frío era colocado entre sus manos.

–Bébetelo –le ordenó Severus. Harry alzó las manos sin pensar y bebió el contenido del vaso que Severus le había dado. Le recordó vagamente al brandy que había probado antes, pero con una cualidad mucho más tranquilizadora. Notó cómo su cuerpo se calmaba inmediatamente, su mente volviendo del lugar en el que había estado. Se estremeció, cerrando los ojos, y sintió que por fin se liberaba del demonio que le había aferrado antes– Estás bien –le dijo Severus con gentileza– sólo conmocionado.

Capítulo 18: El corazón del laberinto

Para Severus, la noche había sido un seguido de sorpresas, no todas ellas agradables. La reacción de Harry ante la Mansión le había divertido, pero ese humor se había desvanecido rápidamente ante la muchedumbre que se había lanzado sobre el Chico­que­vivió como si fuese Merlín reencarnado.

Había supuesto siempre, injustamente al parecer, que Harry disfrutaba de su celebridad. Pero la mirada de horror del muchacho había desvanecido para siempre esa sospecha, de la misma forma que la forma en que se ocultó tras él cuando le había rescatado de la horda.

Debería haber esperado algo así, supuso. No era culpa de sus hermanos, pero al menos podrían haber intentado contener a sus esposas. Julliana y Delphina no se habían vuelto más inteligentes en los años que llevaba sin verlas.

Capítulo 17: Espinas

Durante un rato estuvieron sentados en el salón, con Diana tratando de mantener un mínimo de cortesía en las conversaciones entre los hermanos. Pero Harry veía que la animosidad entre los tres mayores no era algo que fuese a solventarse en una sola noche. Julius, por su parte, no parecía interesado en las riñas familiares y apenas participaba en la discusión. En vez de ello, para consternación de Harry, se pasaba la mayor parte del tiempo mirándole. Cada vez que el chico alzaba la vista se encontraba esos ojos oscuros contemplándole de forma especulativa, casi hambrienta. Le hacía sentir tremendamente incómodo.

Tal y como le había advertido Severus, Claudius, Marcellus, Delphina y Julliana encontraron la ocasión de hablar a solas con Harry, preguntándole sus planes para la Mansión Snape. Las dos mujeres le ofrecieron amablemente redecorarla para él, mientras que los dos hombres señalaron la importancia de tener un hogar apropiado a su estatus para las reuniones con dignatarios encumbrados. Harry les sonrió y les dijo de hablar el tema con Severus, ya que estaba demasiado ocupado con sus estudios para preocuparse por esos temas. Todos parecieron decepcionados, pero no disuadidos.

Capítulo 16: Conociendo a los cuñados

Harry no tenía ni la menor idea de qué esperar cuando volvió a las mazmorras tras su lección de etiqueta a manos de Neville y Hermione. Había llegado a la conclusión, en algún momento entre el descubrimiento de que había una forma correcta y una incorrecta de desplegar la servilleta y que la sal sólo se podía pasar de izquierda a derecha que lo más probable era que hiciese el ridículo más espantoso durante la cena.

Se había puesto la ropa que Snape le había elegido, entre comentarios jocosos de sus antiguos compañeros de dormitorio. Se había mirado a sí mismo en el espejo del lavabo, horrorizado.

– ¿No os parece que estos pantalones son un poco... justos? –había protestado Harry cuando se había mostrado a Ron y a los demás. Se sentía terriblemente expuesto en ellos. Era el tipo de ropa que Gilderoy Lockhart hubiese llevado.

miércoles, 16 de marzo de 2022

Capítulo 15: Modales

Tras aquel fin de semana repleto de emociones, Harry estuvo de lo más agradecido de que la semana fuese aburrida. La luna llena cayó en viernes, y ese día Sirius y Remus estuvieron fuera del castillo, tras comunicar a Harry que probablemente no volverían hasta el domingo. Snape había preparado la Matalobos para Remus, pero de todas formas éste solía estar agotado por la transformación y planeaba quedarse durmiendo la mayor parte del sábado. Sirius iba a quedarse con él, aunque había confesado a Harry que su cortejo no parecía avanzar. Remus trataba sus flirteos como bromas.

La cena en el gran comedor del viernes noche fue particularmente movida debido a que muchos alumnos de séptimo de Gryffindor y Hufflepuff habían logrado comprar algunas de las últimas novedades de los Gemelos Weasley y se dedicaron a torturar a los Slytherin y Ravenclaws. Algunos alumnos tenían cabello rosa y orejas de conejo, para gran diversión del resto. Harry, sabiendo a lo que se atenía, procuró no aproximarse a los bromistas.

Capítulo 14: Volviendo a la normalidad

Remus volvió con la cena y los dos hombres se sentaron con Harry a tomarla, charlando tranquilamente sobre la escuela y sobre Quidditch. Harry observó divertido cómo su padrino coqueteaba más abiertamente con Remus, más cómodo ahora que sabía que a Harry no le molestaba. Remus lo soportó con buen humor, aparentemente molesto y divertido a la vez, pero sin ofenderse. Pero no coqueteó con Sirius a su vez.

Eventualmente la Señora Pomfrey les echó, insistiendo en que Harry debía descansar todavía mucho. La medibruja comprobó el estado de sus heridas una última vez, asegurándole que se curaban bien, y que podría volver a sus habitaciones por la mañana. Después, ella también le deseó buenas noches y se retiró.

Capítulo 13: Entendiendo a los hombres lobo

Remus se fue cuando Ron llegó, permitiendo a los dos amigos pasar un poco de tiempo a solas. Harry se quedó en silencio mientras Ron le hablaba sobre la noche que él y Hermione habían pasado en blanco en la torre de Gryffindor. La historia del ataque se había divulgado por toda la escuela como el fuego. Una docena de alumnos habían visto a Severus Snape llevando el cuerpo ensangrentado de Harry a las Tres Escobas. Las descripciones de las flechas sobresaliendo de su cuerpo habían sido detalladas y morbosas. La mitad de los Gryffindor había sentido pánico, creyendo que Harry había muerto, y Ron se habían pasado más de una hora asegurándoles de que ese rumor era falso.

–Querían oír la historia entera una y otra vez –confesó Ron a Harry– No tenía ni idea de lo agotador que era –el pelirrojo se sonrojó, con aire de repugnancia– querían saber cuánta sangre había, si habías gritado, si... –se detuvo y sacudió la cabeza.

Capítulo 12: Emplazando culpas

Había creído que Black se transformaría tan pronto cerrase la puerta. Se había equivocado. Miró bastante molesto cómo el perro se movía por todas las habitaciones, olfateando todo cuando se le ponía a tiro. Severus quería protestar, atar a aquella detestable criatura con un hechizo y detener aquella ruda invasión, pero había tomado su decisión, y no podía volver atrás. Tenía que aceptar las consecuencias. Ojalá acabase pronto.

No obstante, un insulto era apropiado a la situación.

Capítulo 11: Enfrentándose a Gryffindors

 Severus Snape caminó como una exhalación por los pasillos de Hogwarts, con los estudiantes huyendo de su paso. Su único consuelo era que Sirius Black estaba atrapado en su forma de perro por haber sido expulsado de la enfermería lo mismo que él. Ese imbécil era incapaz de contener su lengua. Y si Black hubiese conocido la mitad de bien que él a Harry, hubiese sabido que aquel loco Gryffindor se habría lanzado sobre una espada para proteger a su padrino, que haría cualquier cosa por evitar que se peleasen. Abrirse así la herida...

Severus agitó la cabeza para no pensar en ello. ¡Ese estúpido chico era su propio peor enemigo en ocasiones! Y ahora, gracias a Black, ya no podía vigilarle y cuidarle. Poppy se calmaría eventualmente, se dijo. Y Lupin estaba con él. Aparte de la licantropía, Lupin era bastante decente como acompañante.